Nada da más miedo que un cliente cabreado. Para mantenerlos felices en Halloween decidimos demostrarles que nuestras ideas son suyas. Y nuestras cabezas también. 
 
¿Qué hicimos? Envasar una a una las cabezas del equipo creativo y enviarla a los clientes de la agencia. Además, creamos una landing, para explicar el envío, donde los clientes podían escogerla cabeza creativa que quisieran y comunicarse con ella.

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